Miércoles de Ceniza.
Imagen extraida de Buenasnuevas.
MIERCOLES DE CENIZA
El miércoles de Ceniza en la Iglesia Católica es el primer día de la Cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua. En este día se inicia un tiempo espiritual particularmente importante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
El miércoles de Ceniza es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de conversión a Dios. Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
Este tiempo del Año Litúrgico, la Cuaresma, se caracteriza por el llamado a la conversión.
Comenzando con el Miércoles de cenizas, la Cuaresma se prolonga hasta el Jueves santo antes de la Misa de la Cena del Señor. Son cuarenta días que dan origen a su nombre de “Cuaresma”, evocando los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto y otros episodios del Antiguo Testamento, especialmente los cuarenta años del pueblo de Israel para llegar a la tierra prometida. Tiene cinco domingos “de Cuaresma” más el Domingo de la Pasión o de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes. El camino de la Iglesia hacia la Pascua queda iluminado por el largo camino de fidelidad e infidelidad de la historia de la salvación, con vistas a la muerte y resurrección de Cristo.
LA IMPOSICION DE LAS CENIZAS.
El gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente, se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y entrada al ayuno cuaresmal y a la marcha de preparación para la Pascua.
Las cenizas usadas para la cruz que recibimos en la frente son obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos del año anterior.
El miércoles de Ceniza en la Iglesia Católica es el primer día de la Cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua. En este día se inicia un tiempo espiritual particularmente importante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
El miércoles de Ceniza es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de conversión a Dios. Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
Este tiempo del Año Litúrgico, la Cuaresma, se caracteriza por el llamado a la conversión.
Comenzando con el Miércoles de cenizas, la Cuaresma se prolonga hasta el Jueves santo antes de la Misa de la Cena del Señor. Son cuarenta días que dan origen a su nombre de “Cuaresma”, evocando los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto y otros episodios del Antiguo Testamento, especialmente los cuarenta años del pueblo de Israel para llegar a la tierra prometida. Tiene cinco domingos “de Cuaresma” más el Domingo de la Pasión o de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes. El camino de la Iglesia hacia la Pascua queda iluminado por el largo camino de fidelidad e infidelidad de la historia de la salvación, con vistas a la muerte y resurrección de Cristo.
LA IMPOSICION DE LAS CENIZAS.
El gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente, se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y entrada al ayuno cuaresmal y a la marcha de preparación para la Pascua.
Las cenizas usadas para la cruz que recibimos en la frente son obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos del año anterior.
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